sábado, 4 de agosto de 2012

HUELLAS EN LA ARENA

Una noche en sueños...yo con Jesús caminaba,

junto a la orilla del mar...bajo una luna plateada.

Soñé que veía en el cielo...mi vida representada

en una seria de escenas que en silencio contemplaba.


Dos pares de firmes huellas en la arena...iban quedando

mientras con Jesús andaba...como amigos conversando.

Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo,

pero algo extraño observé y sentí gran desconsuelo.

Observé que algunas veces...mirando nuestras huellas

en vez de ver los dos pares, las de Jesus y las mias...

veía sólo un par de ellas.

Y observaba también yo...que aquel unico par de huellas

se notaban mayormente en mis noches sin estrellas.

En las horas amargas de mi vida...llenas de angustia y tristeza,

cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.


Pregunte muy triste a Jesús:“¡Señor, Tú no has prometido

que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo…?

Pero miro con tristeza que en medio de mis querellas...

cuando más siento el sufrir...veo sólo un par de huellas.

¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía

cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía?

Y, Jesús me contestó...con ternura y comprensión;

"Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión...

Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor

siempre a tu lado estoy y estaré para mostrarte Mi Amor.


Pero si ves solo dos huellas en la arena al caminar...

y no ves las otras dos que se debieran notar...

Es que en tu horas de afliccion y de dolor, cuando flaquean tus pasos,

no hay huellas de tus pisadas...porque Yo...te llevo en Mis brazos".

COMPRENDERSE...!!

Comprenderse...
no es dejarse conducir,
por la vida y el amor...
como una hoja a merced...
de cualquier viento.

comprenderse...
no consiste en permitir,
que cualquiera de los dos...
se equivoque...
si uno puede detenerlo.
Comprenderse...
no es otorgarse la razón...
como a los locos…
Ni es callarse por temor..
a discutir.
Comprenderse...
ni es perder la identidad…
Ni anular la voluntad...
Comprenderse...
Es callar para escuchar,
Es creer sin preguntar...
y ponerse en el lugar...
de quien esta enfrente.
Comprenderse...
Es sumarse de verdad…
a su alegría...
Es aprender a compartir...
la adversidad.
Comprenderse...
es caminar sin que ninguno,
quede atrás.
Es sentir que somos dos...
frente a la vida.
Comprenderse...
No es usar la libertad,
por la fuerza.
Comprenderse...
es tratar de ser sincero,
cuando no es del todo...
hermosa la verdad.
Comprenderse...
Es demostrar día a día
hasta el final,
lo que siente cada uno..
Decir Te Quiero...
Te Quiero de Verdad.

Comprenderse...es entregar,
comprenderse...es escuchar
comprenderse...es demostrar,
comprenderse...es decir...
con todas sus letras completas,
la palabra TE AMO...!!


EL BAUL DE MIS RECUERDOS


Hoy nuevamente abri...
el Baul de Mis Recuerdos...
Mire al tiempo pasado...
En las fotos y escritos de ayer.
Cuantos momentos cambiaron,
en estos años...
Cuantas cosas...
Que nunca volverán.
Y me emocioné al recordar...
partes de mi pasado...
La gente que me rodeaba...amigos...
amigas queridas...
Que nunca mas volveré a abrazar.
Lagrimas estampadas en fotos...
Dolor y rabia...escritas en cuadernos...
que el tiempo casi ha borrado...
Cuan rapido ha pasado el tiempo...
dia tras dia se suman los recuerdos...
Y el tiempo se nos fue...sin querer.
Mientras la vida te lleva por mil caminos...
uno se enamora...se entrega y ama...
consigue alegrias...y tristezas...
Y el tiempo te enseña a guardar cada recuerdo...
te enseña a llorar y a reir...
Por que esta vida se va.
En el baul De Mis Recuerdos...
todo vale la pena
y lo demás es mentira...
porque mi vida se va.
Hoy me miré en el pasado...
y en el presente encontré...
a mi padre...en el cielo...
y a ti...lejos de Mi.
Cerre otra vez..El baul de mis Recuerdos...
y te recorde...como cancion del silencio
donde el mismo silencio...
vuelve de nuevo...
y aprisiona todos mis Recuerdos.!!


LE PIDO AL CIELO

Le pido al cielo...
un poco de silencio...
Estamos todos,
cansados de gritar...
Y si es posible,
un poco más de tiempo...
que aún me quedan besos...
que tengo que entregar.

Quiero sentir...
el toque de tu mano,
Que me recuerda...
que hay gente a mi lado...
en quien creer.
Quiero ver el mundo,
con los ojos de un anciano...
para entender esta vida como él...

Que no falten...
lagrimas en mis ojos...
Por que en ese día un hombre,
va a llorar...
Le pido al cielo...
llegar contigo donde sea...
Porque conmigo estabas al empezar.

Quiero tener la piel que siente,
los labios que besan...
Y las miradas...
que saben hablar.
Le pido al cielo...
que no me ponga lejos,
del horizonte...
que aún tengo mucho que andar...

Y en mi camino hay una
puerta que me falta por llamar….
Le pido al cielo... abrir una ventana,
Y ver que hay niños... que juegan a la paz.
Quiero mirar aquellos rostros que ríen y que aman
Aunque por dentro...talvez quieran llorar.
Y pido al menos...
que un día...no me obliguen,
a ser anzuelo...
en vez de ser el pez.

Que me perdone...que no me olvide
Si me tropiezo y caigo alguna vez...
Le pido al cielo... por el pájaro que huye
Porque no quiere vender su libertad...
Que se despierten todos...que sepan lo que ocurre
Cuando parecen...negarse a escuchar.

viernes, 3 de agosto de 2012

Las hojas no caen, se sueltan....

Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.

Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae”

sino que llegado el escenario del otoño inicia la

danza maravillosa del soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición

al desprendimiento.

Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad

y profundo de sabiduría:
 

la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire

sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento

y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío

dejado por ella

es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.

La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose

a la sinfonía del viento

traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación

constante y contundente

para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros. 
 

Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma

¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!.

Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente

a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento

de creatividad

ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.

Reconozco y confieso públicamente,

ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana,

que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.
 

Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.

Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles,

con estos hábitos perennes,

con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados,

con este entorno ya conocido… 
  

Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría,

generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”.

Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge

en un auténtico espacio de fe,

confianza, esplendidez y donación.

Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia

consciencia y libertad,

el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.

Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio,

tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más

agresivo e impetuoso

y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.
 

*******

Las hojas no caen, se sueltan.


Texto original de José María Toro,

extraído del libro "La Sabiduría de Vivir"

(2ª ed.) EDITORIAL DESCLÉE, páginas 37 y 38.

La fragancia de tus acciones...


La acción es la flor y la energía que la genera y sostiene es su perfume.
El aroma viene de la flor, pero no le pertenece. Pertenece al aire. Del mismo modo tus acciones se realizan a través de ti, pero no te pertenecen. Pertenecen a la Vida, al mundo.
El aroma de la flor alcanza hasta donde ella no puede llegar. La flor es limitada pero su aroma se derrama propagá...
ndose, extendiéndose, diluyéndose en el espacio.

Cuando la flor desaparece su aroma sigue desplegándose y esparciéndose.
La flor que no pisa el suelo sino que se arraiga en él deja su huella en su perfume.
Lo que dejas como huella de tu paso por el mundo no es lo que has hecho sino la fragancia que has desprendido en tus acciones.
La cuestión clave no es lo que haces sino el aroma que se desprende en eso que haces.
Cuando alguien se acerca a aspirar el olor de una flor tiende espontáneamente a cerrar los ojos. Tus palabras y acciones serán valiosas si quien las recibe siente una tendencia natural a cerrar los ojos para mirarse por dentro.
Un perfume es la explosión de una esencia. El aroma de tus acciones es el despliegue de tu esencia. Lo que eres es lo que da sabor a tu perfume. ¿De qué está hecho tu perfume?.

Cada cosa que haces tiene su aroma, cada acción que ejecutas derrama sobre el mundo una fragancia. El amor es el ungüento sagrado que hace del jardín de tu vida un paraíso.
El olfato es nuestro sentido más ancestral. Los olores marcan territorios y dibujan simpatías o aversiones. Todo lo que quiebra tu armonía interna, todo lo que resquebraja la convivencia humana huele mal y sabe peor. La pestilencia es el resultado de destilar nuestra propia inconsciencia.
Derrama tu mejor aroma, aunque ningún olfato esté próximo. Tú te habrás llenado, serás el primero en haberte colmado de lo que rebosa por los poros de cada uno de tus gestos y movimientos. Nos impregnamos de lo que ofrecemos porque siempre nos perfumamos con la fragancia y el aroma de aquello que hemos entregado.

Texto original de José María Toro, autor de "Educar con Co-razón"

La belleza del abrazo - José María Toro



Me gusta sentir que los brazos y las manos no son sino una prolongación del corazón.
Por eso abrazar y dejarse abrazar es uno de los gestos que más humanos nos muestra y, sobre todo, que mejor revela lo mejor que podemos llevar dentro.

Un abrazo es siempre expresión de un pulso, el pulso de la amistad, vínculo del espíritu.

Un abrazo es siempre manifestación de un latido, el latido del amor, reclamo de la sangre.

En él, las hebras de nuestros brazos se unen en un mismo pespunte.

El abrazo es puente que me acerca a la orilla del otro, es camino que me adentra en lo mejor de mí mismo, es sendero colmado de afecto, mar de emociones, río por el que circulan silenciosas las palabras que no pueden decirse.


Todo aquello que no podemos decir y expresar cuando la boca se obstruye, cuando la emoción nos ahoga, se encauza y se libera a través de los meandros de nuestros abrazos.

Cuando las palabras faltan, y también cuando las palabras sobran, aparece el abrazo como susurro del alma.

Un abrazo es siempre palabra vertida en silencio, frase concreta y exacta, expresión precisa, verbo hecho carne.

El abrazo aproxima corazones, aúna latidos, acerca presencias, es pañuelo que enjuaga lágrimas y bandera que ondea al viento nuestra más honda alegría.

El abrazo es salud que se contagia.


El abrazo es alivio, calma, espacio sin tiempo, tiempo vivido en el espacio sagrado de lo circular donde lo tuyo es mío y lo mío tuyo porque mientras estamos abrazados, estamos en lo mismo, vivimos lo mismo.

El abrazo, en su circularidad, es pura geometría del amor, sello de comunión.

En él se secan las lágrimas frías del dolor y de él brotan tiernas las suaves lágrimas del gozo.

El abrazo es el pincel que mejor traza la línea curva de la sonrisa, es lumbre que enciende nuestros ojos y luz que ilumina nuestro rostro. En su belleza, el abrazo rehace nuestra hermosura y nos devuelve al mundo como regalo.

 

ME DECLARO VIVO


Me declaro Vivo
Saboreo cada acto.

Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba.
Menos mal que a pesar de mi esforzada buena educación siempre había alguien difamándome.
¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó
que la vida no es un escenario!
Desde entonces me atreví a ser como soy.


He viajado por todo el mundo, tengo amigos de todas las religiones;
conozco gente extraña: católicos, religiosos pecando y asistiendo a misa puntualmente, pregonando lo que no son, personas que devoran al prójimo con su lengua e intolerancia, médicos que están peor que sus pacientes, gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, que se reúnen con familia o amigos los domingos para quejarse por turnos, gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir.

 
El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo.

La montaña es mi punto de referencia: ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera, yo sigo caminando indetenible.
Soy guerrero:
mi espada es el amor, mi escudo el humor,
mi hogar la coherencia, mi texto la libertad.


Si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme,
no hice de la cordura mi opción.
Prefiero la imaginación a lo indio, es decir inocencia incluida.

Quizás solamente teníamos que ser humanos.

El que tú no veas los átomos, no significa que no existan.

Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire tus actos.


Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz.
En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio.
Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; no soy un sabio, sólo un enamorado de la vida.
El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los imbéciles.
La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias.
No es suficiente querer despertar, sino despertar.
La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparse porque nuestros actosincomoden a quienes duermen al lado.
Recuerda que el deseo de hacerlo bien será una interferencia.
Es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto.
La meta no existe, el camino y la meta son lo mismo.
No tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente.
No, no te resistas, ríndete a la vida.
Quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede,
encarna las utopías
y lo imposible se pone a disposición.
La mejor manera de ser feliz es: ’ser feliz’. 

Reconstruye tu raíz y saborea la vida.
Somos como peces de mares profundos, si salimos a la superficie reventamos.
La frivolidad y la intrascendencia condenan la vida a la muerte.
Cuando somos más grandes que lo que hacemos, nada puede desequilibrarnos. Pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes que nosotros, nuestro desequilibrio está garantizado.

El corazón está en emergencia por falta de amor.
Hay que volver a conquistar la vida, enamorarnos otra vez de ella.

Nuestro potencial interior aflora espontáneamente cuando nos dejamos en paz. Quizá sólo seamos agua fluyendo; el camino nos lo tenemos que hacer nosotros.

Más no permitas que el cauce esclavice al río, no sea que en vez de un camino tengas una cárcel.

La infelicidad no es un problema técnico, es el resultado de haber tomado el camino equivocado.
Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez.
Amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.

El amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica.

La gente está tan acostumbrada a complicarse, que rechaza de antemano la simplicidad. La gente está tan acostumbrada a ser infeliz,
que la sensación de felicidad les resulta sospechosa.

La gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda y el amor le inspira desconfianza.
Hay cosas que son muy razonables, objetivas y… apestan.


Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de amor.
Quienes no están preparados para escuchar tienen la recompensa de no enterarse de nada.
Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz sólo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas.
La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia
Cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual.
La noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo.
¡Me declaro vivo!
Chamalú.


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